Control de presencia: Huella dactilar
versus tarjetas
Fernando Bordei
Ver ficha
Actualmente
los dos sistemas más implantados en el control de presencia de
trabajadores es el sistema de tarjetas y el control mediante
huella dactilar.
Ambos
sistemas están ampliamente extendidos y la adopción de uno u
otro depende de las necesidades de la empresa.
El control
de horario mediante tarjetas es el más extendido por la menor
inversión inicial que representa. Sin embargo los costes a medio
o largo plazo tienden a ser inferiores para los sistemas
biométricos. Las tarjetas se pueden perder y se necesita
dedicar recursos para su reposición, en cambio los costos de
mantenimiento de un sistema biométrico tienden a ser
prácticamente nulos.
La principal
ventaja de un sistema de control presencia biométrico es que
refleja fielmente la presencia de los trabajadores en el lugar
de trabajo: no se olvidan las tarjetas ni se puede dar el fraude
de que unos empleados fichen por otros. Las estadísticas que se
generan reflejan fielmente la presencia del trabajador.
Sin embargo
fichar por tarjetas puede presentar ventajas en algún caso. Por
ejemplo cuando muchos trabajadores entran al mismo tiempo. Así
en el caso de que 40 o 60 personas entrarán a determinada hora
por el mismo acceso y solo hubiera un control por huella
dactilar es probable que unos debieran esperar a que otros se
identificaran. En este caso podría ser mejor emplear tarjetas de
proximidad: habrá que tener en consideración el flujo de
personas para elegir la tecnología más adecuada.
Hay que
tener en cuenta sin embargo algunas críticas al sistema de
huella dactilar.
Un problema
sobre el cual se ha llamado la atención es que algunas personas
tienen una huella dactilar poco definida y ésta presenta
problemas para que sea reconocida.
Estadísticamente este problema puede afectar a un 1% de la
población.
Sin embargo
la solución es sencilla y normalmente pasa por probar diferentes
dedos. En caso de que ninguno funcione bien esas pocas personas
deberían poder fichar de forma diferente: con tarjeta o código.
Es decir el equipo biométrico debería ofrecer la posibilidad de
emplear un método alternativo de identificación, algo que, por
otra parte, es común hoy en día.
Otra crítica
que afecta a los sistemas biométricos es que pueden afectar a la
privacidad de la persona pues se tienen muchos datos sobre ella.
De hecho esta crítica es bastante infundada: actualmente existen
multitud de algoritmos biométricos. La huella dactilar que es
digitalizada según una determinada fórmula en nuestra empresa
será incomprensible, por ejemplo, para el sistema biométrico
del gimnasio al que vamos. El peligro con la generalización de
la biometría es que se pudiera construir una base de datos
central en la que se guardaran todas nuestras actividades, pero
esta posibilidad parece poco realista.
Podemos
concluir que según la experiencia de numerosas empresas en la
mayoría de casos la identificación por huella dactilar es el
sistema más eficiente. |